Ante una luz violácea, donde el cielo exhalaba su mas fresco suspiro, miraba tu rostro por ultima vez. Sentados en el pasto con nuestras manos apoyadas en el suelo, contemplábamos a la gente pasar. De todos los recuerdos que tengo de ti, este es el mas puro, el mas real. Olvide la ley física del tiempo, esta ley murió desde el primer segundo que te vi cruzando por aquel puente gris. mi pulso nunca se había portado tan incoherente.
Si me hubieran dicho que después seria tan difícil verte, ahorraría espacio en mi memoria para guardar la imagen de tu cabello ante el viento, de tu risa tan ruidosa, de tu voz tan grave, de tu mirada retadora, de ese gesto que haces cuando crees que te estoy bromeando, de como cierras los ojo y aprietas la boca para recordar algo que has olvidado por ser tan distraído. y tu altura, que me hacia sentir tan segura, siempre caminando a tu lado derecho que según tu es donde debe de ir una dama.
Recuerdo tanto esa tarde, esa tarde que se que no recordaras.
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