Criaturas

Con tan buen oído y sigue hipnotizado por sus voces horrorosas.

en las noches duda, no sabe si tocar la ventana o quedarse observando... sueña y sueña y no va a ninguna parte, sus pies siguen llenos de lodo. con su angustia puedo ver que es nuevo aquí.

--este es un pantano encantador, no tengas miedo- le digo --Con el tiempo te acostumbraras a ser una criatura más, nos haremos amigos y los dos gritaremos mientras tocamos sus ventanas. Se que no nos abrirán, entre tanta luz y júbilo olvidan que existimos... lo único que hacemos es intentar entrar a sus casas en lo alto del cielo--

el responde  --Me siento anclado al suelo, duermo en el frió y el frio me duerme el cuerpo, rompamos el equilibrio y subamos al cielo--

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Nunca

Nunca me digas que no sé lo que es que te dejen, muchas veces me han dejado. Me he quedado solo con expectativas, con una falsa sonrisa, con las ganas de pasar al menos 2 de las 4 estaciones a tu lado, nunca llego ni a la segunda.

EL

Tenemos un futuro incierto, el cual no quiero ni pretendo aclarar.

Para: el que siempre me acompaña

Llega a mi cada cierto tiempo. Camina a mi lado. Me cuenta historias, despacio, cerca, en mi oído. El muy desgraciado me hace llorar.

Lastima y golpea mi ego, me quedo inconsciente, me hace sentir que camino sin tener a donde arribar, un lugar al cual llegar. Yo solo desconfío.

En su presencia tan indeseada me borra la sonrisa, me humilla, me mese, me duerme. Los días son noches para mí, me apaga.

Intento tomar distancia y siempre me toma a la fuerza del brazo y me arrastra. Me escondo y me encuentra. Lo más fácil es rendirme ante él.

Como la luna y las estaciones y como las olas del mar, estoy consciente que siempre viene y va y siempre que llega es porque pronto se ira.

No se puede tenerlo todo

"Me voy a enamorar de ti...
pero tu no quieres eso."

No. Yo quiero su tiempo, sus besos, sus silencios y hasta que me cele por culpa de ellos. Tenerlo y no soltarlo. Pasearme sin sentir miedo, tomar su mano, que me quiera... yo lo quiero pero no, no quiero que solo se enamore de mí, quiero que me quiera con todo su cuerpo y que en cada rincón de esta ciudad se enteren que estamos juntos por un mismo sentimiento.

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Me dio un playlist con la música que él escucha. 

Esa música con la que baila ella.

¿A dónde?

“¿A dónde pretendes llegar sentada en ese sillón?” Son sus palabras las que me llevan lejos, hieren y por dentro algo hierve.

Efectivamente estaba sentada en el sillón con la vista firme pero perdida. Atenta a los diálogos, atenta a la historia que poco a poco se desenvolvía.

¿Cómo le explico que busco perderme? Que intento no estar aquí. Que diario debo  luchar conmigo para poder levantarme, para poder reír, para poder vivir.

Estar sentada en el sillón es lo más humano que puedo hacer mientras todo mi interior explota entre tanta duda existencial y depresión.

Es verme sentada o verme dormida.