Por qué digo esto? Porque siempre que intento hacer un cambio en cuanto a mis acciones, o cuando trato de enmendar un mal, me detengo. Me detengo porque no se como va a salir o lo dudo mucho antes de pedir perdón por pena. Y en ese lapso de tiempo, en el que estoy pensando como disculparme, llega la persona y tumba todas mis paredes construidas fortaleciendo de nuevo mi inseguridad.
Le escribí una carta pidiendo perdón y tarde en entregársela. La culpa es mia.