Llego despacito sin causar ni un solo ruido y estoy segura que fue por la ventana. Esa noche nadie se fue a la cama pensando en que ella pasaría su fría mano por la frente de Anastasia y se la llevaría a pasear un ratito, y digo un ratito, pues no sabemos si nos volveremos a ver.
No pide permiso, solo entra en nuestras vidas y nos arrebata a los que mas queremos ... y también a los que no, siempre nos acompaña pues firmamos el contrato en el momento en que nacemos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario