Nadie entiende mis ocurrencias y estoy tan acostumbrada a ti, que muchas veces lo olvido y se las digo a los demás, causando confusión.
Nosotros teníamos un código, uno que nadie más entendía y hoy me es obsoleto.
Extraño hablar contigo, son 7 años de hablarnos diario, maduramos, creo yo y nos dimos cuenta que no teníamos 16 si no 23 y que ya teníamos que crecer.
Aquí estaré, como siempre lo he estado, tras tu pantalla.