No podía dormir, iba de un lado al otro rodando por mi cama.
Extendí mi brazo derecho y alcance mi reloj, las 4:00 a.m. Me quedaba una hora mas para seguir durmiendo. Extendí mi brazo izquierdo, entumido. mis venas? saltadas, era mi presión que obviamente la traía alta.
Me levante y me quede sentada. Busque mis pantuflas torpemente con mis pies y encendí la lampara. Cuando abrí los ojos vi entre mis almohadas miles de cabellos.
Al pintar esta escena no pretendo asustarte, pues fue un susto fundamentado en mi vanidad. Toque mi cabeza y ahí estaba, mi corta y completa cabellera.
Con la lampara no bastaba y encendí la luz. Me asome al espejo y con mis manos volví a reconocer mi cabello, pero en el tocador habían unos 300 cabellos mas. Me asuste y me acerque a mi hermana, quien aun estaba dormida, tire muy fuerte de uno de sus mechones y me asegure de que tampoco le pertenecían a ella.
Camino al baño me di cuenta que en el piso habían mas, también en las paredes, dibujando lineas paralelas.
Me asuste, ahora si me asuste.
Salí corriendo y rompí con la paz y el silencio del cuarto de mis padres. Me di cuenta que mi mamá no estaba dormida, prendí su luz y tal como lo pensé. Creo que yo conocía todo el significado de esta simbologia, mas no quería aceptarlo.
Ella estaba sentada, con la cara acabada pero con fuerza en su mirada. Era ella, había regresado el monstruo, le había arrancado todo su cabello y estaba otra vez "pelona" lista para una guerra interna y mucho, mucho medicamento.
me senté a su lado y la abrace.
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